Por ti, por mi, por un nosotros indispuesto.
Por esos besos anclados en mi boca. Por esos besos deseosos de posarse en tu piel. Por el perfume que desprende tu sonrisa y la mirada que se desvanece sobre la lluvia de mís lágrimas. Por el poder y el no querer olvidar, olvidarte para siempre. Por el tan odiado pero protector ensimismamiento. Desconocida razón de mi parecer perfecta. Ambigua estancia de pecado, tu boca. Partidaria de más ración pero buscadora de placeres adversos. Controladora posesiva de mís perdidos sentimientos. Encarecida felicidad guiada a tu antojo por la silueta de mi cuerpo. Búsqueda de la perseverancia hundida en lo más recóndito de mis entrañas, basada en la historia de tus marrones ojos. Dulce tentación puestos a evitarla a toda constancia para así perderme en las comisuras de tus labios. Poderosa imaginación traicionera, peligrosa cara tan risueña. Droga inevitable cansada de esconderse, que sale a relucir entre los ojos brillantes de la gente. Los míos dispuestos a encontrarte, los tuyos tan empeñados en huir.Lágrimas imperfectas por esos besos perdidos, predispuestos a olvidarte.